"Tu cuerpo carnal es una música ejecutada por tus cuerdas mentales. Pensar que la Vida se instala en el cuerpo carnal es una dualidad y no es la Verdad. En realidad, la Vida es quien hace manifestar el cuerpo carnal según el género de la música ejecutada por las cuerdas mentales. Tanto el cuerpo físico, como el etéreo, el astral y el espiritual, son únicamente proyecciones de la mente. Según el género de la música mental, se manifiesta ya sea el cuerpo físico, el etéreo, el astral o el espiritual. Todo ser humano perderá algún día el cuerpo físico. pero eso no significa la muerte. El hombre, siendo hijo de Dios, es inmortal. Conforme cambie el ritmo de su música mental, cambia la apariencia de su existencia transitoria; o sesa, la manifestación transitoria de cada uno varía de acuerdo al cambio del ritmo mental. Si ocurre un gran cambio en el ritmo de la música mental, la existencia transitoria se manifiesta en otro mundo; y el cuerpo físico, que era hasta ese momento la manifestación del ritmo mental, rápidamente se desintegra. A esto los hombres le llaman muerte, pero la Vida no muere. Esto equivale al fin de una música ejecutada por la Vida, que entonces pasa para otra ejecución musical. Cuando no ocurre un gran cambio en el ritmo de la música mental ejecutada por la Vida, sino apenas una desafinación se le da el nombre de enfermedad, la cual se cura al corregirse el ritmo mental. Pero, por más correcto que sea el ritmo de la música mental, la Vida decerá, obligatoriamente, finalizar la ejecución y pasar al estudio de una música más elevada. Quiero decir que la vida terrenal debe necesariamente tener un fin. La vida terrenal es música elemental. Quien culmina rápido esta vida es aquel que aprendió rápidamente la música elemental. No te pongas triste porque termine esta ejecución musical. Esto sucede para que ejecutes una nueva música, más elevada. Sin embargo, antes de eso vendrá un afinador para ajustar tu ritmo mental, lo que hará que tu existencia transitoria suene desafinada. Si el cuerpo carnal parece desafinado antes de finalizar la ejecución musical en este mundo, es debido a esta afinación; por lo tanto, no se trata de un desacorde verdadero. ¡Comienza, entonces, a tocar gradualmente músicas más elevadas! Y aunque termine la interpretación musical, el ejecutante no muere porque siendo hijo de Dios, es inmortal."
Revelación Divina del 26 de junio de 1931